El poder notarial es un documento público que una persona física o jurídica firma para designar a otra como su representante legal. De esta manera le autoriza para actuar en su nombre en distintos actos jurídicos o materiales.
Diferenciamos entre diferentes tipos de poder notarial:
Poderes generales:
Se trata de escrituras por las que una persona confiere todas las facultades posibles a otra para que esta se encargue de todo su patrimonio. Esta clase de poder se caracteriza porque las facultades son muy amplias, lo que provoca un riesgo y por ello el Notario asesorará previamente sobre las consecuencias de su otorgamiento y las posibles variables para restringir o controlar ciertas facultades delegadas.
Poderes especiales:
Se trata de escrituras por las que una persona confiere facultades a otra para que realice uno o varios actos concretos. Esta clase de poder se caracteriza porque las facultades están limitadas, por ejemplo, solo podrá comprar, vender o aceptar una herencia en nombre del poderdante.
Poderes para pleitos:
Es aquel documento notarial por el que una persona atribuye facultades de representación en juicio a sus abogados y procuradores.
Autorizaciones de viaje:
Cuando los hijos menores realizan un viaje al extranjero, sin ser acompañados por sus padres o tutores, se puede autorizar el viaje a través de este documento notarial, que el menor deberá portar junto al DNI o pasaporte.
Poderes preventivos en caso de incapacitación:
Son los poderes en los que una persona confiere facultades a otra para que realice todos lo que sea necesario para el caso de que el que confiere el poder sea incapacitado en el futuro. Es un instrumento muy útil para evitar problemas cuando uno se hace mayor.
Documentación necesaria:
DNI, NIE, pasaporte o tarjeta de residencia del interesado en otorgar poder.
Los datos concretos de la persona a quien se van a atribuir facultades, incluyendo su número de documento de identidad.
Poderes mercantiles:
Son poderes conferidos por una sociedad, a través de su administrador, a favor de una persona que así podrá encargarse de una o varias operaciones de comercio en nombre de la sociedad.
Documentación necesaria:
DNI, NIE, pasaporte o tarjeta de residencia del administrador.
Los datos concretos de la persona a quien se van a atribuir facultades, incluyendo su número de documento de identidad.
La escritura de constitución.
Escritura en la que se designa al actual administrador, si no consta en la escritura de constitución.
Escritura de titularidad real.